Con una trayectoria familiar que se remonta a generaciones, Korta Wines ha sabido posicionarse como una viña chilena de excelencia en mercados internacionales. Brasil, uno de los destinos estratégicos para sus exportaciones, no solo representa una plaza comercial clave, sino también una relación de confianza construida con dedicación y cercanía.
Durante la reciente Fiesta de la Vendimia en Curicó, la viña recibió a Armando Reis Neto, representante de la marca en Brasil. Su presencia marca un nuevo capítulo en una alianza que ha crecido junto al desarrollo de ambas familias. En esta ocasión, fue acompañado por su esposa, Lorena Reis, quien también participó en diversas actividades junto a Consuelo Corta y el equipo de la viña. En esta entrevista exclusiva para Revista Gentes, conversamos sobre desafíos, oportunidades y el valor de las relaciones humanas en la expansión del vino chileno.
En diálogo con Consuelo Corta, gerente de mercado nacional, le preguntamos:
¿Hace cuánto tiempo trabajan con esta empresa de Brasil?
Muchos años. Esta relación viene desde los tiempos de mi abuelo, luego mi papá continuó, y ahora seguimos con la nueva generación. Con nuestras otras empresas comenzamos en Brasil en 1989 con exportaciones de cerezas, y ya con los vinos fue en 2005. Como ya teníamos una persona de confianza allá, la entrada al mercado fue más rápida, aunque siempre es un proceso gradual.
¿Y cómo ha sido la experiencia en ese mercado?
Brasil es un país emergente, muy importante para el vino chileno, pero también complejo. Cada estado tiene su propia normativa. Es más fácil enviar un vino desde Chile a Río de Janeiro que desde São Paulo a Río, por darte un ejemplo. Hay mucho papeleo y procesos internos muy distintos entre regiones.
Armando Reis Neto, ¿cómo nace tu vínculo con Korta?
Nosotros trabajamos con Korta Wines desde su primera exportación a Brasil. Para nosotros, Korta representa mucho más que un socio comercial. Lo que comenzó como una relación entre nuestros abuelos, ha evolucionado en una amistad basada en confianza y respeto mutuo. Hoy, seguimos caminando juntos con una mirada puesta en el futuro.
¿Cómo es la recepción de los vinos chilenos en Brasil?
Los vinos chilenos son muy bien valorados, especialmente los tintos. En el caso de Korta, destacan los reservas y gran reserva. Pero yo creo que hay una gran oportunidad con los blancos y rosados, sobre todo con etiquetas como el Sauvignon Blanc de Leyda o el Irune, que son muy diferentes y pueden sorprender al consumidor brasileño.
Consuelo, ¿qué destacarías de esta visita?
Primero, que Armando venga todos los años demuestra el compromiso que hay entre ambas familias. Esta vez quiso participar de la Fiesta de la Vendimia, algo que no había hecho antes, y lo disfrutó mucho. Además, aprovechamos de hacer degustaciones con nuevas propuestas. El vínculo se fortalece con cada encuentro.
Armando, ¿qué opinas del futuro del vino chileno en Brasil?
Chile es el principal proveedor de vinos para Brasil, y gracias al acuerdo con Mercosur no hay aranceles de importación, lo que nos da una ventaja frente a Europa. Pero el gran desafío es agregar valor a las marcas: Que el consumidor brasileño reconozca que los vinos chilenos tienen calidad, identidad y diferenciación. Hay un segmento joven que está empezando a explorar el mundo del vino, y ahí hay una oportunidad enorme.
Finalmente, ¿qué significa para ti trabajar con Korta?
Es un privilegio. No sólo por la calidad de sus vinos, sino por lo que representa: una relación de confianza, de años, y una visión compartida del negocio. Mi intención es seguir viniendo cada año, como lo hacía con mi padre, y ahora también con mi esposa, Lorena. Es una historia de familia, con el vino como puente entre culturas.