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KLAUS SCHMIDT-HEBBEL: La incertidumbre es hoy el mayor riesgo para la economía global y para Chile

KLAUS SCHMIDT-HEBBEL: La incertidumbre es hoy el mayor riesgo para la economía global y para Chile

By: Luis Campos

Figura clave del pensamiento económico contemporáneo, Klaus Schmidt-Hebbel ha ocupado cargos de primer nivel en organismos internacionales y nacionales. Fue economista jefe de la OCDE (2008–2009), gerente de investigaciones del Banco Central de Chile, consultor de más de 25 gobiernos y entidades multilaterales como el FMI, el Banco Mundial y la ONU. Hoy, como director del Banco BCI y académico con más de 130 publicaciones especializadas, es una de las voces más influyentes del debate económico iberoamericano.


Tras culminar una gira por el país junto a Entel Empresas, recibió a Revista Gentes en una conversación extensa, directa y lúcida. Desde las amenazas geopolíticas y la fraglidad democrática global, hasta los desafíos de crecimiento, confianza institucional y rumbo económico de Chile, Schmidt-Hebbel ofrece un análisis con mirada estructural y claridad conceptual. Una entrevista que combina realismo, preocupación… y, pese a todo, un fondo de esperanza.

“Soy santiaguino de nacimiento, pero mi corazón está en la precordillera de la Séptima Región”, confiesa. Su segunda vivienda —rodeada de viñedos, cerezas y gallinas— lo mantiene arraigado a la ruralidad y a sus frutos.

Para Schmidt-Hebbel la incertidumbre de 2025 supera incluso la de la crisis financiera global de 2008-09 y la pandemia:

• Fragilidad democrática. “Surgen líderes populistas —de derecha y de izquierda— que prometen el oro y el moro, erosionan instituciones y generan miseria”.

• Conflictos bélicos y rivalidades geopo- líticas. Rusia-Ucrania, Oriente Medio, la amenaza de China sobre Taiwán y guerras olvidadas en África configuran un mundo multipolar dominado, dice, por un “eje del mal” variopinto —regímenes autoritarios, teocracias y dictaduras hereditarias— decidido a desafiar a Occidente.

Define al presidente estadounidense como “gran especulador, no gran empresario”, rodeado de asesores “yes-man” y decidido a cerrar EE.UU. mediante aranceles que dañan primero a las propias empresas y consumidores norteamericanos. “Anuncia algo el lunes, lo desdice el martes y lo reemplaza el miércoles; eso paraliza inversión y consumo en todo el planeta”.

EL IMPACTO EN LAS DECISIONES REALES

El académico ilustra cómo un proveedor de insumos mineros en Antofagasta detendría una expansión al temer un arancel de 50 % sobre el cobre en EE.UU. Igual ocurre con la familia que posterga la compra de un auto o un refrigerador. “La incertidumbre paraliza”, resume.

CHILE: DE MODELO A ESTANCAMIENTO

En 2010, Chile era ejemplo para los emergentes: estabilidad democrática, instituciones sólidas, crecimiento sostenido. Quince años después, la imagen se ha degradado por el estallido social, reformas inconclusas y un crecimiento potencial de apenas 1,8 % anual. “En términos per cápita, rondaremos 1 % durante la próxima década si no corregimos el rumbo”, advierte.

El Maule lo vive de primera mano: boom y caída de la cereza, viñedos arrancados, variedades cambiadas para adelantar cosechas y sortear el Año Nuevo chino. A eso se suman tarifas e inflación de costos. “La innovación varietal y la adaptación al clima son clave, pero la política pública debe reducir la incertidumbre”, señala.

Aunque el Banco Central domó la inflación, la tasa hipotecaria ronda el 5-6 % y la inversión permanece débil. “No basta con abaratar el dinero; si la política fiscal y regulatoria es errática, nadie invierte”.

 LOS DESAFÍOS INTERNOS: SEGURIDAD Y MIGRACIÓN

El economista liga el freno económico a la inseguridad. La tasa de homicidios se dupli- có en una década —de 3 a 6 por 100 000 habitantes—, impulsada por narcotráfico, migración ilegal y delincuencia violenta. “Un próximo gobierno necesita coraje para dotar a Carabineros de reglas claras de uso de la fuerza y recuperar el espacio público”, insiste.

 ¿HAY LUZ AL FINAL DEL TÚNEL?

“No estamos en depresión —Chile no se cae a pedazos—, pero sí atrapados en un nivel bajo de desarrollo”, concluye. Un programa económico “razonable y creíble” podría reactivar expectativas, siempre que se acometa simultáneamente la agenda de seguridad y se respeten las instituciones. Su receta:
• Disciplina fiscal.
• Reformas pro-productividad y pro-inversión. 
• Apertura comercial y financiera.
• Estado de derecho robusto. 

 —¿Es usted optimista frente al futuro?
—Sí, yo soy optimista.

—¿Hay alguna persona que haya sido un referente silencioso para usted, alguien que no esté en los libros?
—Sí. Para mí, el referente más importante en mi vida, especialmente después del asesinato de mi hijo, ha sido una persona que acaba de cumplir 90 años el 7 de julio: el Dalai Lama. Tuve la enorme fortuna de tener una audiencia privada con él y mi es- posa hace unos 14 años en Europa. Lo admiro profundamente por su entereza, su fe  budista, su capacidad de liderar al pueblo tibetano desde el exilio, sin fomentar vio- lencia, a pesar de la brutal represión china. Es la persona que más admiro en este planeta. 

—Lo veo tranquilo, pausado, incluso en temas económicos tan tensos.
—Bueno, número uno, tengo muchos años. Y segundo, creo que el budismo marca un camino hacia la tranquilidad. Al final llegamos todos a la misma conclusión: estamos en el mundo para ser felices. Pero la felicidad no es solo personal. Se alcanza también al procurar la felicidad de los demás: la familia, la comunidad, los colegas.

—¿Qué mensaje le daría a los jóvenes que sienten que el mundo va demasiado rápido y no saben por dónde empezar?
—Mi mensaje es claro. Este es un mundo con muchos retos, pero también con muchas oportunidades. Cuando yo era joven, era mucho más difícil acceder a la universidad. Hoy hay más acceso, aunque sigue siendo duro. Aun así, mi consejo es: estudien duro. Llevo 40 años como profesor universitario y he visto que quien se empeña, lo logra.

 Pero además del estudio, hay que tener compromiso, ética, responsabilidad. Lo han dicho Aristóteles, el Dalai Lama y todas las grandes religiones. La felicidad también se encuentra en el trabajo en comunidad, en el respeto, en evitar irresponsabilidades. Con esfuerzo y compromiso, aunque el fu- turo sea incierto, hay formas de asegurarlo. 

Desde su casa entre gallinas y cerezos hasta la sala de directorio del BCI, Klaus Schmidt-Hebbel combina la mirada global con la preocupación local. Su mensaje es claro: la economía descansa sobre un delicado equilibrio de políticas sensatas, certezas ju- rídicas y confianza social. Sin ellas, la inversión y el consumo se paralizan; con ellas, Chile puede volver a crecer. 


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